En la fase 2 del AIM Framework, se utilizan varias tecnologías y herramientas avanzadas para el reconocimiento de emociones, las cuales son clave para mejorar la experiencia del cliente:
Datos biométricos: Se recogen señales fisiológicas como la frecuencia cardíaca, la conductancia de la piel y la expresión facial para evaluar las respuestas emocionales del cliente en tiempo real. Esto permite identificar cómo reaccionan emocionalmente los clientes ante diferentes aspectos del servicio, lo que ayuda a ajustar y personalizar las interacciones para maximizar la satisfacción.
Respuestas declarativas: A través de encuestas, entrevistas o cuestionarios, se capturan las emociones y percepciones declaradas por los clientes. Estos datos se utilizan para complementar la información biométrica, ofreciendo una visión más completa de la experiencia emocional del cliente.
Observaciones de conducta digital: Se analizan patrones de comportamiento en entornos digitales, como la navegación en un sitio web, el tiempo de permanencia en una página o las interacciones con aplicaciones móviles. Este análisis permite entender mejor cómo se sienten los clientes mientras interactúan con productos o servicios digitales, identificando posibles puntos de frustración o satisfacción.
Inteligencia Artificial Predictiva: Algoritmos de IA se utilizan para procesar y analizar grandes volúmenes de datos, prediciendo las emociones y comportamientos futuros de los clientes. Esto permite anticipar necesidades y ofrecer experiencias más personalizadas y proactivas.
Estas herramientas y tecnologías mejoran la experiencia del cliente al permitir una comprensión más profunda y precisa de sus emociones. Con esta información, las empresas pueden diseñar y ajustar sus servicios para cumplir y superar las expectativas del cliente, logrando interacciones más empáticas, afectivas y efectivas que fomentan la lealtad y el compromiso.